El 4 de abril quedó como la conmemoración del Día Internacional contra las Minas Antipersonal y se estableció en diciembre del año 2005 por la entonces asamblea general de las Naciones Unidas y tiene como objetivo sensibilizar al mundo sobre la problemática del uso indiscriminado de artefactos explosivos y minas antipersonales como método de guerra de nula capacidad de distinción.

El programa presidencial para los Derechos Humanos y el Derecho Internacional Humanitario de la vicepresidencia de la República y la Unicef apoyaron la elaboración del “Manual del facilitador comunitario” de la Acción humanitaria contra minas, y afirman que las municiones abandonadas sin explotar y otros artefactos explosivos continúan destruyendo el sustento de la población civil, en especial en el área rural de aproximadamente 60 países en el mundo.

En la historia podemos observar como las minas antipersonas fueron utilizadas en las distintas guerras libradas a nivel mundial. En el norte de África, Libia y Egipto se utilizaron para ser ubicadas de forma estratégica como obstáculos a falta de barreras naturales en los desiertos. En la guerra del Vietnam las minas fueron diseminadas de manera manual y por vía aérea para apoyar a las tropas terrestres por parte de los EE.UU., llegando a perder un gran numero de propias tropas a causa de las minas que ellos mismos habían sembrado.

Desde la Segunda Guerra Mundial las minas han desmoralizado a las tropas enemigas y aterrorizado a los civiles. Estos artefactos son catalogados por los victimarios como centinelas que nunca duermen o el soldado perfecto, están creados para dañar a su víctima no solo en la parte física, sino también en la parte psicológica, llegando a convertirse en un enemigo silencioso nefasto para la humanidad.

Según la Ley 759 de 2002 por "mina antipersonal" se entiende a toda mina concebida para que explote por la presencia, la proximidad o el contacto de una persona, y que en caso de hacerlo tenga la potencialidad de incapacitar, herir y/o matar a una o más personas.

Para dimensionar el problema consideremos que en 1993 la organización Human Right Watch (HRW), reportó la producción de cerca de 190 millones de minas en el mundo entre 1968 y 1993.

Aunque es imposible determinar la cantidad de minas antipersonas que se han fabricado, la campaña internacional para la prohibición de las minas antipersonas ICBL estima que cada año disminuye el número de minas fabricadas. Actualmente 16 países  no han firmado la convención para la prohibición de las minas, los cuales son: Burma, China, India, Corea del Norte, Corea del Sur, Cuba, Egipto, Estados Unidos, Irán, Irak, Pakistán, Rusia, Turquía, Singapur,  Turquía, Vietnam y Nepal.

La falta de información sobre la ubicación de minas antipersonales sembradas en países de Asia, Europa, África y América constituye uno de los mayores obstáculos para atender el problema. Según el Departamento de Estado de los Estados Unidos el número de minas enterradas varía entre 59 y 69 millones.

La falta de descontaminación de los territorios pone en grave peligro a los niños, niñas  y adolescentes quienes por diversas causas asociadas a la ingenuidad manipulan cualquier objeto sin medir las consecuencias de estos enemigos silenciosos.

Ahora bien, Colombia es el único país de América Latina en donde se siguen sembrando minas, en la actualidad los grupos armados ilegales continúan haciendo uso de estos artefactos a pesar de sus devastadoras consecuencias. 

Dada la situación violenta que se vive en Colombia, es de esperarse que la mayoría de las víctimas sean militares, sin embargo llama la atención el creciente número de personas civiles víctimas de las minas, así como el número  de niños y niñas que resultan afectados por estas armas.

Para el caso de Colombia, el mayor número de víctimas se encuentra entre militares quienes representan el 59.8% de las personas afectadas. Los civiles sufren el 39% de los casos y el 1% restante corresponde a grupos armados ilegales. Los niños y niñas representan aproximadamente el 13% de las personas afectadas en el país, sin embargo, si se contabilizan únicamente los accidentes ocurrido a civiles, el porcentaje aumenta a un 32.6%.

En cuanto a los departamentos mas afectados según el número de accidentes en su territorio, el más golpeado es Antioquia, con un número acumulado de víctimas entre enero de 1990 y noviembre del 2005 de 1.700 personas. Lo siguen el departamento de Bolívar con 456 víctimas, Santander con 655, Caquetá con 576, Norte de Santander con 375 y Cauca con 306.

Colombia cuenta con el Centro Nacional contra Artefactos Explosivos y Minas (CENAM) del Ejército Nacional el cual es el encargado de la labor de desminado en las regiones donde las extintas FARC implantaron estos artefactos y donde continúan otros grupos al margen de la ley utilizando este método del horror.

Hoy en el Día Internacional de la Sensibilización contra las Minas Antipersonales se rinde un sentido tributo a todos los hombres y mujeres valerosos, llenos de gallardía y de resiliencia que han sido víctimas de estos artefactos llenos de crueldad, los cuales dejan huellas imborrables a su paso, destruyendo sueños, metas y anhelos.

* Con información del Manual del Facilitador Comunitario, Acción Humanitaria contra minas Unicef y Memoria Histórica de la Segunda Brigada del Ejército.